Epona, entonces, vio a Rodrigo frente de ella en posición de combate con luces de energía en sus dos puños. El verlo de espaldas intentando protegerla la hizo espabilarse. —¡No,
Categoría: Colección

1-20. Comienzo de la pelea en Aros1-20. Comienzo de la pelea en Aros
Después de dos horas de viaje, Rodrigo y las diosas finalmente habían llegado a la ciudad de Aros, la cual estaba sitiada por los hombres de Sweyn. Flechas llovían en

1-19. Loki1-19. Loki
Campamento del príncipe Sweyn a las afueras de Aros, Jutlandia. Se escuchó el sonido de un golpe sordo y seco. En ese momento, el enorme Surtr caía de espaldas

1-18. Una mañana de determinación1-18. Una mañana de determinación
Después de deshacer la dimensión alterna; Ana, Tania, Epona, Rodrigo y Atenea atendieron a los supervivientes del ataque de Surtr. Lamentablemente muchos murieron, y otros quedaron malheridos por quemaduras, o

1-17. Atenea entra en acción1-17. Atenea entra en acción
La diosa Atenea saltó de la montaña en donde se encontraba, y comenzó a caminar hacia donde yacían Ana y Rodrigo con una singular elegancia; mientras que Surtr miraba furioso

1-16. Pelea en Horsens1-16. Pelea en Horsens
Después de siete días, finalmente, el barco llegó al puerto de Horsens, al sur de Aros en la península de Jutlandia. Horsens era un pequeñito pueblo danés con un grupo

1-15. Viaje hacia Jutlandia1-15. Viaje hacia Jutlandia
Habían pasado seis días desde que Rodrigo y los demás salieron de Toulouse, y finalmente, llegaron en la noche a la ciudad de Caen en Normandía; en donde tomarían un

1-14. Asgard1-14. Asgard
Unos meses atrás, en Asgard, reino de los dioses nórdicos. —¡Déjenme entrar de una vez!— gritaba un hombre dentro de un enorme pasillo lleno de columnas doradas e incienso

1-13. Confrontación1-13. Confrontación
Los dioses se habían reunido en la habitación de Tania y Rodrigo para discutir sobre lo que la diosa de fuego y Anpiel habían estado hablando en la noche. El

1-12. Atenea1-12. Atenea
—¡ATENEA!— gritaron todos. Tania, Epona y Anpiel se pusieron en guardia mientras que Ana sacaba su dimensión de bolsillo y estaba lista para usarla. —Amigos, por favor. Solo soy una